jueves, julio 25, 2013

Hannah Arendt: "Gleichschaltung" y lengua materna.

Hannah Arendt, judía alemana, sufrió la represión nazi y tuvo que escapar de un campo de concentración y refugiarse en los Estados Unidos. Años después,al escribir sobre el juicio al nazi Adolf Eichmann (analizando la estructura de lo que debía ser el "mal radical" y en la que ella encontró solo la "banalidad del mal") fue acusada de antisemita, de nazi y repudiada y marginada incluso por muchos de los que, dentro de la comunidad judía, eran sus mejores amigos.

Arendt es un ejemplo de integridad intelectual al librarse de muchos de los dogmas que sostienen al nacionalismo, poniendo siempre la identidad individual por encima de las identidades (o maniqueos juicios) de pueblos/colectivos.

El texto siguiente (sacado de una entrevista que puede encontrarse íntegra en youtube) es fantástico ejemplo, además, de cómo fueron los inicios del nazismo y cómo se extiende y triunfa una ideología en especial cuando es percibida como ideología predominante, incluso entre los propios excluidos por ella.


 "La toma del poder [por parte de Hitler] era naturalmente un desastre, pero era una cuestión política, no personal. Para saber que los nazis eran nuestros enemigos no necesitábamos que Hitler se hiciese con el poder, por favor! Y también sabíamos que una gran parte del pueblo alemán estaba con ellos. (...) bueno ya sabe usted lo que era la "Gleichschaltung" ("uniformización") ¡y quiero decir que los amigos se "uniformizaron"! El problema, el verdadero problema personal, no fue lo que hicieron nuestros enemigos, sino lo que hicieron nuestros amigos. Esa marea de la "Gleichschaltung", que en buena medida era voluntaria, o que, en todo caso, no estaba aún bajo la presión del terror: fue como si en torno a nosotros se abriese un espacio vacío. Yo vivía en un medio intelectual, pero conocía también otras gentes. Y pude comprobar que la "Gleichschaltung" se convertía, por así decir, en regla entre los intelectuales; no así en los otros medios. (...) 


¿Qué queda? Queda la lengua. Me he negado siempre, de manera consciente, a perder mi lengua materna. Siempre he mantenido ciertas distancias tanto del francés, que llegué a hablar muy bien, como del inglés, la lengua en la que hoy escribo. Hay una diferencia abismal entre tu lengua materna y todas las demás."

martes, julio 16, 2013

Hannah Arendt y el mal radical de...¿Pueblos o personas?.

Hannah Arendt judía alemana Hay en las pantallas una muy recomendable película sobre una de las pensadoras más fundamentales del siglo XX, Hannah Arendt. La película, de Margarethe von Trotta relata el proceso en Israel al nazi Adolf Eichmann, que le sirvió para escribir uno de sus libros más importantes, y sin duda el más famoso.

Una virtud de la película es hacernos ver, con Arendt, dos importantes cosas. Primero que, incluso en un ejemplo tan radical como es el nazismo, no se puede hablar de grupos (pueblos, naciones, culturas, etc...) buenos y grupos malos. No se trata de que los alemanes fuesen malos y los judíos buenos. Cualquiera puede comportarse mal (o bien) si las circunstancias le dan la oportunidad, es la condición humana y son personas concretas las "culpables" o las "heroicas" en las respuestas a dichas circunstancias. Después, que el maniqueísmo del grupo (nacionalismo) es tal, que denunciar algo así puede lanzar contra ti todas las presiones del mundo, incluso de los que creías tus amigos. Es mucho más fácil y confortable tener la explicación del blanco y negro de que "el otro" es el malvado, y "nosotros" estamos justificados a todo y legitimados, como víctimas, por ello.

Hannah Arendt, judía que sufrió la represión nazi y tuvo que escapar de un campo de concentración, fue acusada de antisemita, de nazi y repudiada y marginada por muchos. Su postura no puede ser más actual y "posnacional":

"Nunca en mi vida he 'amado' a ningún pueblo o colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés ni al americano, ni a la clase trabajadora ni a nada de este orden. En realidad yo solo 'amo' a mis amigos, y soy incapaz de cualquier otro amor. Pero es que además, este amor a los judíos, siendo como soy judía, a mí me resultaría sospechoso" (Hannah Arendt)




martes, julio 09, 2013

Controlar el significado de las palabras...

"El instrumento básico para la manipulación de la realidad es la manipulación de las palabras. Si tu puedes controlar el significado de las palabras puedes controlar a la gente que utiliza esas palabras." 

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Philip K. Dick (1928-1982)
Escritor y novelista estadounidense.