viernes, noviembre 25, 2011

Ideas previamente sancionadas en nuestra democracia por la ley electoral...

Si algo se ha puesto de nuevo en evidencia en estas elecciones es la injusticia de la ley electoral actual. El hecho de que no todos los votos valen lo mismo. Eso da paradojas como que, por ejemplo, a UPyD cada escaño le haya costado 228.048 votos, mientras que a GBai le salga por 42.412 votos (cinco veces menos). O el hecho de que UPyD con cien mil votos más que CiU, tenga 5 escaños y no tenga derecho a grupo parlamentario propio mientras que CiU tiene grupo y 16 escaños. O el hecho de que EQUO no haya podido entrar en el parlamento con 215.776 votos mientras si lo hace GBai con apenas 42.412...

¿Por qué ha de estar premiado el voto en clave localista y no en cualquier otra clave? Si uno vota en clave "animalista" por ejemplo ¿por qué su voto ha de ser castigado por el hecho de estar distribuido más unifórmemente en el territorio nacional? ¿no es igual de legítima una aspiración que la otra? ¿Por qué una aspiración ha de estar premiada de antemano?

España ya es un país descentralizado, con unas autonomías con sus propios representantes. Todo espíritu más local (nacionalista o regionalista) ya está representado ahí. ¿por qué se ha de discriminar otras tendencias más universales -e igual de legítimas- frente a estas también en las elecciones Generales?.

De haber circunscripción única, además, no tendrían que verse las aspiraciones más localistas, infravaloradas con el resto. Siempre tendrían la opción de unirse con todas las localistas o nacionalistas del país, formando coaliciones y agrupaciones que sumarían todos los votos, y que representarían su peso real. Frente a esto en circunscripciones provinciales, las aspiraciones de carácter más universalista no tienen ningún tipo de defensa en su discriminación.

El problema además se agrava, porque en muchas de las provincias españolas no hay una opción real de que salga otra opción que no sea PP o PSOE. Votar a otra opción es directamente tirar el voto, por lo que el elector tiende a votar lo que le parece "menos malo" de las dos únicas opciones. En esas provincias, en las que solo se puede elegir entre dos opciones, no hay democracia real. No todos los votos cuentan. De hecho la gente acaba votando al que le parece menos malo de los dos, porque sabe eso, que otro voto no contabiliza, en lugar de lo que votaría por ideología.

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