lunes, septiembre 22, 2008

lunes, septiembre 15, 2008

Homogeneización: La creación de una obligación moral.

DESTINO: CATALUNYA MONOLINGÜE. (III)

Siempre se dice que no hay problemas con la lengua en la sociedad, que sólo los hay entre los políticos. Y sin embargo los políticos intentan "arreglar" el comportamiento social, se supone que debemos seguir con su ejemplo y empezar a trasladar la crispación política a la sociedad.

Lo que busca Carod-Rovira con la campaña para que los catalano-parlantes dejen de usar el castellano es eso, un nuevo acto de dirigismo e ingeniería social desde la política para decirnos cómo hemos de comportarnos los ciudadanos en la sociedad. Decirnos quién es un "buen catalán" y quién no, o quién, vamos, ni siquiera es catalán. Luego nos vendrán con el cuento de la "cohesión" cuando son ellos quienes , con estas medidas de intervencionismo social, primero la tensan.

El nacionalismo catalán tiene un problema. En países democráticos no se puede obligar a la gente a hablar en el idioma en el que uno quiere que hablen (e incluso en países n democráticos esto es muy complicado). Pero se tienen al alcance, si no hay una clase política íntegra que lo impida, otro tipo de medidas.

Lo fundamental es que la gente asocie el idioma que se quiere imponer a "lo nuestro" y el otro a "lo extranjero". Después es crear una obligación moral de hablar ese idioma. Esta obligación se puede justificar en eso mismo, en que esta "es nuestra lengua", aunque la mitad de la población no la tenga como propia. Y eso convierte implícitamente a la mitad de la población en extranjeros no integrados de un plumazo. O en otras tan peregrinas como en que está a punto de desaparecer, cuando naturalmente no se tiene constancia que ningún idioma del mundo, con 10 millones de hablantes haya desaparecido.

La prueba está en las mismas declaraciones de Carod al anunciar la medida; "millor gest de bona educació i de respecte que pots tenir cap a algú de fora és tractar-lo com algú que vol ser de dins, i als de dins ja se'ls parla en català". Es decir, o Carod se olvida de que la mitad de los catalanes tenemos como lengua propia el castellano, cosa difícil de creer, o simplemente es que para él (e intenta transmitir que para toda la sociedad) sencillamente no somos catalanes. Formamos parte de esos que él llama "algú de fora".

La manera en la que los castellano-parlantes tratamos a los nuestros (la lengua que usamos con nuestra familia y con nuestros seres más queridos) es hablando en castellano, y se supone que también debe ser una falta de respeto que cambiemos nuestra lengua al hablar con alguien de fuera. ¿no?.


Y es que oyendo hablar a Carod, y por extensión a la mayoría de políticos de Catalunya, a uno le dan ganas de saltar y agitando los brazos gritar; "¡Eo! ¡que estamos aquí! ¡mirad, aquí! ¿no nos veis?
"

miércoles, septiembre 10, 2008

Lengua de relación pública sólo ha de haber una, el catalán.

DESTINO: CATALUNYA MONOLINGÜE. (II)


¿Cuál es el objetivo primordial del nacionalismo esencialista catalán? La homogeneización de Catalunya. Esto es, la desaparición completa de los castellano-parlantes de Catalunya.

No es así, tanto, la desaparición del "castellano" en sí, cosa que les puede ser indiferente, sino de esa identidad particular de ciertos catalanes que les convierte en "castellans". Acabar con la diversidad de Catalunya. Para conseguir este objetivo, el "asimilacionismo" cultural de esta diferencia, es lógico que el primer paso sea que estos sientan que hay una presión social para que cambien de idioma, para que dejen de hablar el idioma con el que se identifican y que les define.

Para llevar a cabo este fin resulta fundamental que se acelere la inercia social actualmente existente en la que hay una diglosia favorable al catalán, pero aún se mantiene parcialmente cierta costumbre heredada por una diglosia inversa del pasado (favorable al castellano).

De lo que se trata hoy no es sólo de eliminar esa diglosia del pasado o eliminar cualquier tipo de diglosia, sino de acentuar al máximo la diglosia actual, que ya está provocando que miles de parejas en que ambos miembros son castellano-parlantes estén, paradoxalmente, educando a sus hijos en catalán. Y se ha de acentuar hasta el punto que el castellano desaparezca de la vida pública. Y la prueba está en una de las cosas que declaró ayer Carod-Rovira, y que sorprendentemente ha pasado muy desapercibida.

Carod citaba el ejemplo de Israel, allí, decía, la gente habla en casa alemán, ruso, español, holandés, etc… pero cuando sale a la calle, la gente sabe que la lengua de relación pública es el hebreo, “per tant aquí el mateix” sentenció. Quedaba claro el objetivo. “A casa seva, que cadascú parli el que vulgui” pero en la calle se ha de hablar en catalán.

Fuente: ComRàdio

martes, septiembre 09, 2008

Un nuevo ladrillo en el muro.

DESTINO: CATALUNYA MONOLINGÜE. (I)

Puede parecer una anécdota más, pero en absoluto lo es. Aún es pronto para darnos cuenta de las implicaciones, de lo que hay detrás, de esta campaña que quiere lanzar Carod-Rovira para que los catalano-parlantes hablen siempre en catalán a los castellano-parlantes. Hace tiempo que quiero dedicar unas cuantas entradas al tema, pero el tiempo me lo ha impedido, y simplemente apunto ahora, que esta campaña es noticia, alguna cosa que espero poder desarrollar cuando mis ocupaciones me lo permitan.

Carod-Rovira es con diferencia el político que más se ha dedicado a pensar sobre la cuestión sociolingüística de Catalunya. Y comprende bien como están las cosas y que es lo que se juega. Por ello esto en él no es algo puntual. Y que le ha dado muchas vueltas y conoce las implicaciones quedó descubierto a raíz de unas declaraciones en las que afirmaba que los catalanes no eramos "ni castellanoparlantes ni catalanoparlantes". Intentaba entonces transmitir algo a la población, aunque enseguida debió darse cuenta que esa no era la manera eficaz de hacerlo, y que podía incluso ser contraproducente. Podía dejar demasiado en claro a los castellano-parlantes el factor "identitario" que se necesita disimular.

La cuestión, digo, es demasiado vital, porque afecta a la auto-percepción que tenemos los catalanes de la situación y la legitimidad. Acelera un proceso de diglosia ya imparable, elude tratar a la sociedad desde la neutralidad(esto no es nuevo) y, sobretodo, afecta a la convivencia. No para hoy ni mañana, pero para dentro de muy poco tiempo. Ataca la raíz misma de la "cohesión" palabra con la que se llenan tanto la boca.

Y es que aquí, como en todas partes, nos alimentamos de argumentos que se van dejando en aire y se van repitiendo. Muchos nutren a una de las partes (de cualquier discusión, incluso de las más triviales) y algunos contaminan a la práctica totalidad, acríticamente, y pasan por verdades. Verdades además mal comprendidas. Y uno de estos "mantras" repetidos es que la "convivencia" social en Catalunya es ejemplar y que el problema está sólo entre políticos (que por supuesto).

Nos engañamos. No hay enfrentamientos convivenciales, cierto, pero la convivencia se mantiene por el silencio, por una "epojé" colectiva e individual (exceptuando a los sectores más politizados), cuando no por una tolerancia negativa, que es más un transigir paciente pero forzado, que no por una verdadera comprensión y aceptación de las libertades y derechos mutuos.

La situación es insana, y cuando las circunstancias acaben por ser demasiado tensas, acabarán por estallar. Y los políticos y los comunicadores son los máximos responsables, aunque en su mayoría (no es el caso de Carod) actúen de forma inconsciente victimas de la propia cosmovisión que ellos, o sus predecesores han creado.

Espero poder continuar pronto, y prometo no hacerlo de una forma tan velada.

lunes, septiembre 08, 2008

Lo que nos debe dar la cohesión es la Ley.

A vueltas con la "cohesión", y contra aquellos que ven necesario la "uniformización" para conseguirla. Es decir, que piensan que para que Catalunya sea un pueblo se ha de acabar con su diversidad, no está de más recordar lo que decía Habermas, en el celebre debate Ratzinger-Habermas.


···

Sólo un Estado de Derecho sin democracia, al que en Alemania estuvimos acostumbrados durante mucho tiempo, sugeriría una respuesta negativa a la pregunta de Böckenförde:

“¿Cómo podrían vivir pueblos estatalmente unidos, cómo podrían vivir, digo, sólo de la garantía de la libertad de los particulares, sin un vínculo unificador que anteceda a esa libertad?”

La respuesta es que el Estado de Derecho, articulado en términos de constitución democrática, garantiza no sólo libertades negativas para los miembros de la sociedad que, como tales, de lo que se preocupan es de su propio bienestar, sino que ese Estado, al desatar las libertades comunicativas, moviliza también la participación de los ciudadanos en una disputa pública acerca de temas que conciernen a todos en común.

El “lazo unificador” que Böckenförde echa en falta es el proceso democrático mismo, en el que, en última instancia, lo que queda a discusión es la comprensión correcta de la propia constitución.

Jürgen Habermas
“Las bases morales prepolíticas del Estado liberal”

miércoles, septiembre 03, 2008

Multiplicando al Diablo

La madre de todos los males es para el nacionalismo particularista el "Estado", que entre otras cosas, es el que "uniformiza" y es incapaz de reconocer la diversidad cultural.

Por ello es tan chocante que su solución final propuesta, sea la creación de un nuevo "Estado" independiente del actual, que uniformize igual y tampoco reconozca la diversidad cultural. (Pero esta vez, claro, sobre la base de "la nostra identitat cultural").

Para el que no quiera sopa, dos tazas.